El conflicto entre Ucrania y Rusia dio un giro significativo luego de que el Ministerio de Defensa ruso confirmara un ataque ucraniano con misiles balísticos ATACMS, de fabricación estadounidense, contra una instalación militar en la región de Briansk, al oeste de Rusia. Este ataque marca la primera vez que Ucrania utiliza este tipo de armamento en el conflicto.
Según el comunicado del Ministerio de Defensa ruso, el ataque se produjo a las 03:25 de la madrugada. De los seis misiles lanzados, cinco fueron interceptados por las defensas antiaéreas S-400 y Pantsir, mientras que los fragmentos de un sexto misil impactaron en una instalación militar, provocando un incendio que fue rápidamente controlado. Las autoridades rusas informaron que no se registraron muertos ni heridos.
El Estado Mayor ucraniano, por su parte, confirmó el ataque como exitoso, aunque evitó especificar el armamento utilizado. El objetivo habría sido un arsenal militar en la región de Briansk, cerca de la frontera con Ucrania.
En respuesta al ataque, el presidente ruso Vladímir Putin aprobó una nueva doctrina nuclear que autoriza el uso de armamento atómico en caso de un ataque convencional que represente una amenaza significativa. Este anuncio se dio tras la autorización de Estados Unidos para que Ucrania emplee misiles de largo alcance contra objetivos en territorio ruso.
El ataque con misiles ATACMS, autorizados por el presidente estadounidense Joe Biden, subraya la creciente implicación de Occidente en el conflicto. Según reportes, esta autorización inicialmente se limitaba a regiones fronterizas como Kursk, pero la escalada podría extenderse a otras áreas estratégicas.
Rusia, por su parte, ha señalado que esta acción representa una clara intención de Occidente de intensificar la guerra. El ministro de Exteriores ruso calificó el uso de ATACMS como un intento de «escalada deliberada» y un desafío directo a la seguridad rusa.
Este ataque y la reacción inmediata de Moscú con su nueva política nuclear indican que el conflicto podría entrar en una fase aún más peligrosa. La comunidad internacional observa con preocupación las posibles repercusiones de este enfrentamiento, que ahora incorpora armas más sofisticadas y un riesgo elevado de uso de armamento nuclear.