Ciudad del Vaticano – Este viernes, la Iglesia Católica anunció al mundo la elección de su nuevo Sumo Pontífice: el cardenal estadounidense Robert Francis Prevost, quien adoptará el nombre de León XIV como el Papa número 276 en la historia del cristianismo.
La elección se concretó en el segundo día del cónclave tras cuatro rondas de votación. Alrededor de las 10:00 horas (tiempo de México), la tradicional chimenea de la Capilla Sixtina emitió humo blanco, señal inequívoca de que los 133 cardenales electores habían alcanzado el consenso requerido: al menos 89 votos, equivalentes a las dos terceras partes del total.
Desde el balcón central de la Basílica de San Pedro, el cardenal protodiácono proclamó en latín la tradicional fórmula:
“Nuntio vobis gaudium magnum: habemus Papam! Eminentissimum ac Reverendissimum Dominum Robertum Franciscum Prevost, qui sibi nomen imposuit Leonem Quartum Decimum”.
(“Les anuncio una gran alegría: ¡tenemos Papa! El Eminentísimo y Reverendísimo Señor Robert Francis Prevost, quien ha tomado el nombre de León XIV”).
León XIV sucede a Francisco, fallecido el pasado 21 de abril a los 88 años de edad. Su muerte marcó el cierre de un pontificado histórico y dio paso al nuevo proceso de elección, regido por la Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis.
El protocolo tras la elección
Una vez alcanzada la votación válida, al cardenal electo se le formulan dos preguntas en latín:
- “Acceptasne electionem de te canonice factam in Summum Pontificem?” (¿Aceptas tu elección canónica como Sumo Pontífice?)
- “Quo nomine vis vocari?” (¿Con qué nombre deseas ser llamado?)
Luego, el nuevo Papa es conducido a la llamada “Sala de las Lágrimas”, donde elige entre tres vestimentas papales preparadas de antemano, y posteriormente recibe la obediencia de los cardenales antes de presentarse al mundo.
El contexto del Cónclave
El impacto del Papa Francisco en la composición del Colegio Cardenalicio fue significativo: de los 133 cardenales que participaron en la elección, 108 fueron nombrados por él, incluyendo representantes de 76 países y 25 naciones que nunca antes habían tenido un cardenal.
Además, esta elección se llevó a cabo con un número superior al límite tradicional de 120 cardenales electores, establecido por el Papa Paulo VI en 1975, lo que refleja un cambio progresivo en la normativa eclesiástica.
Desde 2005, se utilizan dos estufas para la quema de papeletas. Una de ellas, de hierro fundido desde 1939, permite la emisión del humo blanco o negro mediante productos químicos que indican si se ha alcanzado una decisión.
Con la elección de León XIV, la Iglesia inicia una nueva etapa de liderazgo espiritual, en un mundo cada vez más complejo y desafiante para la fe católica.