Este viernes, el Consejo Supremo Indígena de Michoacán (CSIM) ha llevado a cabo al menos seis bloqueos en tramos carreteros clave del estado, en el marco del Día Internacional de las Víctimas de Desaparición Forzada. Esta manifestación tiene como objetivo exigir a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) que emita un dictamen sobre el caso de la familia Guzmán Cruz, desaparecida presuntamente por el Ejército Mexicano, y solicitar atención a todos los casos de desaparición forzada en la región.
Los bloqueos también buscan presionar al gobernador de Michoacán, Alfredo Ramírez Bedolla, a establecer una mesa de trabajo con las comunidades originarias. Los manifestantes acusan al gobierno estatal de no cumplir con sus compromisos en materia de seguridad, educación, obra pública, justicia, salud, y transporte.
- Carretera Cherán-Zamora en Acachuén: Participan comunidades de Acachuén, Huáncito, Zopoco, Santo Tomás, Carapan, Ichán, Uren, y Tacuro.
- Carretera Cherán-Uruapan en Aranza: Participan comunidades de Paracho, Aranza, Cocucho, Turícuaro, Ocumicho, y Charapan.
- Autopista Morelia-Lázaro Cárdenas en Taretan: Participan comunidades de Tomendán, Rancho Seco, El Sabino, Colonias Unidas, Caltzontzin, Jucutacato, Jicalán, y Corupo.
- Carretera Morelia-Zacapu en Santa Fe de la Laguna: Participan comunidades de Santa Fe, San Andrés Tziróndaro, Uricho, El Calvario, Zacapu, Tecuena, Jarácuaro, y San Miguel del Monte.
En el marco de estas movilizaciones, las víctimas indirectas de desaparición forzada también se han unido para exigir a las autoridades la implementación de protocolos efectivos de búsqueda.
Además de los bloqueos de este viernes, la comunidad de Chilchota registró ayer un bloqueo carretero para exigir la aparición de una familia que se presume fue víctima de secuestro virtual. En semanas anteriores, diversos tramos carreteros fueron bloqueados tras el intento de secuestro y privación de la libertad de al menos siete policías comunales pertenecientes a la comunidad de La Cantera, en Tangamandapio.
Estos eventos reflejan la creciente tensión en la región y la desesperación de las comunidades indígenas por la falta de respuesta de las autoridades ante la problemática de desapariciones forzadas.