Teherán.- La tensión en Medio Oriente escaló drásticamente este viernes, luego de que Irán acusara a Israel de perpetrar bombardeos contra instalaciones nucleares y objetivos militares, que dejaron un saldo de al menos 70 muertos y más de 300 heridos, entre ellos altos mandos del ejército iraní.
Tras el ataque, el presidente de Irán, Masud Pezeshkian, prometió una “poderosa y legítima respuesta” que, según sus palabras, hará que Israel se “arrepienta de su insensata acción”.
Uno de los blancos fue la planta de enriquecimiento de uranio de Natanz, según confirmó el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA). Las ofensivas también incluyeron zonas residenciales en Teherán, lo que provocó una fuerte condena del líder supremo iraní, Ali Jameneí, quien advirtió: “El régimen sionista se ha preparado un destino amargo y doloroso, y sin duda lo recibirá”.
Reestructuración militar tras asesinato de altos mandos
Entre las víctimas mortales se encuentran el comandante de la Guardia Revolucionaria, Hossein Salamí, el jefe de la Fuerza Aeroespacial, Amir Ali Hajizadeh, y el jefe del Estado Mayor, Mohamad Hosein Baqerí. En respuesta, Jameneí designó al general Mohammad Pakpur como nuevo comandante de la Guardia Revolucionaria, y a Abdorrahim Musaví como jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas.
En su primer mensaje oficial, Pakpur lanzó una fuerte advertencia: “Las puertas del infierno se abrirán pronto para los sionistas”, asegurando que la venganza iraní será “proporcionada y decisiva”.
Un nuevo punto crítico en el conflicto regional
La comunidad internacional sigue con atención los acontecimientos, ya que este episodio marca un punto crítico en la ya tensa relación entre Irán e Israel. Hasta el momento, Israel no ha emitido declaraciones oficiales, mientras que en Irán se preparan movilizaciones en señal de duelo y resistencia.