Kerrville, Texas. Lo que debía ser una experiencia de verano inolvidable se convirtió en una tragedia: al menos 23 niñas y jóvenes se encuentran desaparecidas tras el desbordamiento del río Guadalupe, que arrasó con varias comunidades rurales en el sur de Texas. El suceso ha dejado 25 personas muertas hasta el momento, según reportes oficiales.
La emergencia comenzó en la madrugada del 4 de julio, Día de la Independencia de Estados Unidos, cuando lluvias intensas azotaron la región de Hill Country, entre Austin y San Antonio. El campamento cristiano de verano Camp Mystic, en el condado de Kerr, fue una de las zonas más afectadas.
Las niñas desaparecidas se encontraban alojadas en el campamento, que fue completamente devastado por la corriente. Familias enteras han vivido momentos de angustia en medio del caos, mientras las autoridades locales mantienen operativos de búsqueda por tierra y aire. La escuela primaria de Ingram fue habilitada como centro de reunificación familiar, donde se viven escenas conmovedoras de reencuentro… y de incertidumbre.
“Llegar aquí fue aterrador. Ver los carros de bomberos, los helicópteros, las personas llorando… Nunca crees que te va a pasar a ti”, relató Nora Gómez, madre de una joven monitora del campamento, a la agencia EFE.
El gobernador de Texas, Greg Abbott, declaró el estado de emergencia para facilitar recursos adicionales a la zona afectada. Las autoridades informaron que en solo unas horas cayeron más de 30 centímetros de lluvia, muy por encima de los pronósticos, que apenas preveían entre 7 y 15 cm.
“La cantidad de lluvia no estuvo en ningún modelo climático, fue algo completamente inesperado”, reconoció Nim Kidd, jefe de la División de Manejo de Emergencia de Texas.
Uno de los testimonios más impactantes fue el de Bruce Cartwright, padre de una subdirectora del campamento. “Estuve ahí la semana pasada y hoy ya no queda nada”, dijo visiblemente afectado, mientras recordaba los lazos de generaciones que su familia ha tenido con Camp Mystic desde 1926.
Las autoridades aún no han confirmado la cifra total de desaparecidos, ya que la fecha festiva atrajo a numerosos visitantes y campistas a las orillas del río.
La tragedia ha dejado una profunda huella en el corazón de Texas, donde las comunidades aún esperan por noticias de sus seres queridos.